ACV a los 25

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«Qué te pasó en el ojo?» Me preguntaban todos cuando me desperte.
«Nada, un orzuelo en el ojo» Contestaba.

Era un domingo de Diciembre del año 2015 si mi me memoria no me falla. Estabamos en Bariloche con mi familia, preparando todo para irnos de día de camping.

El día estaba hermoso, de esos de postal.
Despejado, un clima super agradable para meterte al agua, solcito.
Pasamos un día en familia, comiendo asado, pescando y haciendo treking hasta la Cascada del Lago Escondido. Disfruté, pero me acuerdo de sentir la molestia en el ojo todooo el día, el sol me molestaba y sentía dolor de cabeza, pero no queria ser mala onda…así que le puse actitiud.
Con el pasar de la tarde, todos notaban que me reia raro…que mi cara hacia una mueca extraña…pero hasta el momento, por desconocimiento eran risas de la situación, nadie lo vio como una señal de alerta.

Llegó la noche, y cuando me fui a bañar, fue una sensación horrible… de impotencia y fragilidad, el ver que el agua caía sobre mi cuerpo pero no la sentía en mi cara… ahí entendí que algo no estaba bien.
Salí desdesperada, me miré al espejo, noté que de un ojo no podía parpadear y que efectivamente la mitad de mi cara estaba dura. La boca deformada, no podía hablar.

Fuimos a la guardia y efectivamente había tenido una parálisis facial, principio de ACV.

Después ocurrieron otros contratiempos desencadenados de esta situación, pero lo importante es que entre el Neurólogo, el quineseologo y una reflexóloga holística en un mes me sacaron adelante sin secuelas.


Escuchar el cuerpo.
No fue la primera vez que había tenido una llamada de atención. Una manifestación de mi cuerpo sobre el stress.
Años anteriores, cuando decidí mudarme a Buenos Aires, trabajé en un Call Center , y luego de un tiempo me diagnosticaron Colón Irritable.

Años más tarde empezaron los ataques de pánico; en el supermercado, en el colectivo, en los recitales. Es el día de hoy que le escapo a los espacios con mucha gente.


Hoy, 5 de noviembre de 20021 son las 4 de la mañana y hace 2 días que estoy muy pero muy cansada pero sufro de imsomnio. Vengo de una semana con una descompostura muy fuerte (nunca me había pasado tan fuerte). El último mes fue cargado de mucho estress… poca paciencia. Entre los 2 chicos bebitos + la demanda laboral + los replanteos personales…esta cabecita esta pasando por una etapa de fuerte exigencia.

Es de madrugada, hay silencio y todos duermen.
Quisiera estar haciendo lo mismo.
Pero la cabeza no se apaga, así que decidí preparme un té y escribir un rato, despejar el cuerpo.
Frenar, ver dónde y cómo podemos «bajar un poco» buscar recursos más saludables, no exigirnos tantos.
Ahora si, más tranquila, voy a intentar dormir. Ya solté mis pensamientos.


Escucharnos, ser conscientes de lo que el cuerpo nos esta diciendo.
No es fácil para personas con tanta exigencia, ansiedad e intensidad como yo…pero se puede.


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