ESCENARIO
Es viernes. Son las 20 hs.
Estoy escribiendo, sentada en mi cama. Se ecuchan risas en el living. Los chicos están jugando con su tía, Sole. Se siente el aroma a pizza casera. Ricky está cocinando.
Cuanto cuesta, a veces, pedir ayuda. Delegar.
A veces nos hace sentri frustración, pensar…¿Por qué no podemos con «todo»? ¿Qué es «todo» para vos?.
¿Cuánto pesa esa mochila? ¿Tu mochila o la de los mandatos?
A veces, no delegamos porque no tenemos red de contención, no tenemos a alguien a quién pedirle ayuda.
A veces, no delegamos por culpa.
A veces, no delegamos por falta de confianza.
A veces, no delegamos porque no coincidimos en el modelo de crianza.
A veces te preguntás… ¿le cambiaron el pañal?, ¿le habrán dado la mamadera?¿qué habrá comido?, ¿le aguantaron el berrinche?, ¿lo retaron?.»
Cuando te permitís pedir ayuda y confiar, cuando te permitís soltar un poquito; te das un lugar para vos.
Con el tiempo, te das cuenta que el mundo sigue, y que las cosas aunque se hagan diferente, funcionan igual!
Con la experiencia te vas animando a levantar la mano, a pedir ayuda, a admitir que estas cansada y que eso esta bien!!
A veces, hay culpa porque la gorda va al jardín a la mañana y después sale a pasear todo el día, pero sabes que esos ratos libres no pasan todos los días y vienen bien. Es una situación win win, ella sale a disfrutar/pasear, y a mi me sirve para enfocar, ordenar pendientes o dedicarme a mi.
Pedir ayuda que hace bien!
Pedir ayuda no te hace débil. T e hace más fuerte.
Pedir ayuda, no es fracasar.
¿Cómo te manejas con el tema de la culpa, de delegar, de aceptar o pedir ayuda?
La semana pasada estuvo mi hermana más grande, Sole (la madrina de Vicco) de visita. La verdad estuvo 100% disponible y predispuesta a venir y jugar con los chicos (que para los que no están acostumbrados es doblemente cansador). Lo que para ella era un «ratito» para nosotros, significó un montón. Pudimos dedicarnos a enfocar, a tachar cositas de la lista de pendientes, a organizarnos y reordenarnos, y por sobre todo a desenchufar por ratos (bastantes largos) la cabeza del modo «Padres» .