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CRÓNICA DE viajar con 2 bebés

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Escribo este artículo en el Cabify que me está llevando desde el aeropuerto a casa.
Vicco y Oliver duermen…están agotados.
Carolina, la choffer, ya no dice nada.
Llevamos 5 minutos de esta situación de silencio, creo que las dos lo estamos disfrutando.
Desde que nos subimos al auto hasta que sucedió este hermoso y mágico momento de silencio, pasaron cosas…que te iré contando.


Nos fuímos en avión, al Sur a la casa de mis padres de vacaciones.
El sur es el plan ideal para «relajar»: paisajes hermosos, muchas actividades para que Vicco explore, juegue y gaste energías. Mucha familia que la disfruta y nos ayudan en el día a día. Mis padres tienen cabañas así que el tema de alojamiento no es un problema, y Ricky tiene amigos allá así que es un destino win win.

Lo que más pereza me da a la hora de viajar es la cantidad de bártulos que hay que llevar y despachar…
Los chicos, ambos cochecitos (el de Oliver + huevito) + las 2 valijas + las mochilas con las computadoras + mi cartera + la mochila de los chicos + la mochilita de juegos de Vicco + los abrigos (en Bariloche hace un friooooooo).

Primer Alert!! Con todos esos bartulos + 2 bebés…de los cuales 1 ya anda corriendo por todooos lados (más rápido de lo que me dan las patas) la primera peripecia la tuve en el aeropuerto.
Nunca me voy a olvidar, cuando quedé embarazada, una amiga me regaló una «soguita» para engancharme en la muñeca y enganchar a Vicco.
Le dije: «boluda, los chicos no son perros» .
Mi Amiga: «en el aeropuerto lo vas a agradecer».
Hoy lo entendí…
Vicco sale corriendo a todos lados (no le tiene miedo a nada y es hiper sociable), hay mucha gente por todos lados, en dos segundos desaparece de mi vista, y tenerla quieta en el cochecito fue una guerra que no pude ganar… (claramente no tenía la soga que me regaló mi amiga, sino la historia hubiese sido otra).




Segunda Secuencia: Me convertí en esos que critiqué.
(como dice el refrán «El pez por la boca muere»)
Seguramente, cuando no eras papá/mamá te pasó de estar en el aeropuerto y ver una pareja con un bebito y rezar rezar y rezar (aunque no seas creyente) que por favor no te toquen en el vuelo.
No sólo te tocan, sino que están adelante tuyo y encima el bebé se la pasa llorando todooooo el vuelo.
No podés hacer nada.
Me pasó mil veces y cada vez pensaba (y lo sostengo) tendrían que haber vuelos que sean para «familias con chicos».

A la ida, nos convertimos en «esa pareja».
Vicco estaba escandalosa, berrinchosa y caprichosa. Lloró, pataleo y decía «Papi, Papi, Papi» entre lágrimas durante todo el vuelo. No le daba miedo el avión, simplemente no quería estar sentada en su asiento.
Quería upa de Papá…cómo Oli que estaba a upa de Mamá. (celos vio!)

El regreso: El viaje fue «normal». Oliver se durmió. A Vicco le llevamos una artilleria de juegos para dibujar, el Pop It y algunos juegos en el celular que la mantuvieron entretenida todo el viaje.
Perooooooo, cuando estabamos brindando por el éxito de la vuelta a la casa…


Secuencia Tres: Ya en el aeropuerto, esperando las valijas (que tampoco entiendo porque demoran tanto)… Ya cansada (se levantó a las 6 am), aburrida y las valijas que no aparecian, se puso a jugar en el piso desparramando todooos los juguetes. Yo con Oliver a upa, las mochilas (y todos los bartulos que les conte arriba) y el papá ya al borde del colapso porque además le habían bloqueado la cuenta de Cabify y no conseguiamos 2 autos para volver. (otro detalle…ya no entramos en un sólo auto)… Cuando le sacamos los juguetes…arrancó el SHOW… tiene la facilidad de convertirse en la Increible Hulk en cuestión de segundos, llanto desmedido pareciera no tener fin… y así siguió el show… y no terminó hasta que nos subimos al Cabify.
Carolina, la chofer de mi auto, muy generosa me ayuda a cargar a los chicos y los cochecitos, mientras que Ricky se va en el otro auto, con las mochilas y las valijas. No pasan más de 5 minutos que Vicco activa modo capricho/berrinche, no se quiere poner el cinturón + su idilio por el papá empieza a llorar desesperada al compás de «Papí, papí papí» vuelve Hulk a la acción.

Oliver no se iba a quedar atrás y lloraba… Carolina queria ser amable, pero notaba en su tono que iba perdiendo la paciencia:
– «No tenes chupete, mamadera, o algo?», me dice.
y yo… avergonzada, cansada y resignada
– «No usan chupete, estan cansados, ya se van a dormir «… (me trataba de convencer a mi misma)


Les ganó el sueño.
Agotada. Cansada. Empezaron a salir las palabras de mi mente.
Para descomprimir mi cabeza, empecé a escribir.
Después sabia que vendría una siesta reconfortante ( Ricky y los chicos tenían una merienda familiar, a la cual me permití ausentarme para descansar)
Paciencia, disfruta los minutos que faltan para llegar a casa.
Tendré otra batalla cuando baje del auto, cuando se despierten (de mal humor y mal dormidos)
Bienvenida!


Contame tus experiencias de viajes con chicos…te leo en los comentarios! Hagamos catarsis.

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